
La Oración de la Noche (Completas): Un Refugio de Paz Antes de Dormir
Introducción: El descanso del alma
Al final de un día largo y ajetreado, nuestra mente y nuestro corazón anhelan un momento de calma. Buscamos desconectar de las preocupaciones, el ruido y las tensiones para encontrar un espacio de serenidad. La Iglesia, en su sabiduría milenaria, nos ofrece una hermosa herramienta para este preciso instante: la Oración de la Noche, también conocida como las Completas.
Esta oración no es solo una fórmula para repetir; es la última plegaria de la Liturgia de las Horas, el rezo oficial con el que la comunidad cristiana santifica el día entero. Las Completas son como un bálsamo espiritual que nos prepara para el descanso, poniendo nuestro día, nuestras alegrías y nuestras fatigas en las manos de Dios.
¿Qué son las Completas? El sentido de "completar" el día
El nombre "Completas" proviene del latín completorium, que significa "aquello que completa". Y ese es exactamente su propósito: completar la jornada de trabajo y oración. Es el último acto consciente antes de entregarnos al sueño, un tiempo que simbólicamente se ha asociado con la muerte, esperando con confianza el "despertar" de un nuevo día, que a su vez es símbolo de la resurrección.
El tema central de esta oración es la confianza absoluta en la protección divina durante la noche. Los salmos y las lecturas nos invitan a abandonar nuestros miedos y a descansar bajo el amparo del Señor, como un niño en los brazos de su padre.
Texto y Estructura de la Oración de la Noche
Aunque puede tener pequeñas variaciones, la estructura de las Completas es sencilla y profunda. Aquí te presentamos el texto para que puedas rezarlo:
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
(A continuación, se recomienda un breve examen de conciencia para pedir perdón por las faltas del día).
Himno
Señor, te damos gracias
por la noche que llega,
por la luna y las estrellas
y el descanso que velas.
Y te pedimos perdón
por las faltas de este día,
concédenos la paz del alma
y el gozo de tu alegría. Amén.
Salmodia
Antífona: Ten misericordia de mí, Señor, y escucha mi oración.
Salmo 4
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis, reflexionad
en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios justos
y confiad en el Señor.
Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha?»
Haz brillar sobre nosotros el resplandor de tu rostro, Señor.
Me das más alegría que a ellos
cuando abundan de trigo y de vino.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo.
Gloria al Padre...
Lectura Breve (1 Pe 5, 8-9a)
Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, anda rondando y busca a quién devorar. Resistidle firmes en la fe.
Cántico de Simeón (Nunc Dimittis) - Lucas 2, 29-32
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre...
Oración Final
Concédenos, Señor, un descanso tranquilo y una noche serena. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén.
Bendición
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa.
R. Amén.
Antífona Final a la Santísima Virgen María
(Se puede rezar la Salve, el Bajo tu amparo, o cualquier otra).
Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
Un Tesoro para el Alma en Múltiples Momentos
La belleza de las Completas reside en su versatilidad. Es una oración íntima y personal, ideal para concluir el día en la soledad de nuestra habitación. Pero también es una poderosa oración comunitaria. Es especialmente querida en la quietud de los retiros de silencio, al finalizar un encuentro en grupos de oración cristiana o como cierre perfecto tras una jornada de peregrinación. Su estructura sencilla la hace accesible para todos, sin importar el camino espiritual que se recorra.
Conclusión: Descansar en Sus Manos
Incorporar la Oración de la Noche en nuestra rutina diaria es un pequeño gesto con un impacto inmenso. Nos ayuda a cultivar la gratitud, a pedir perdón y, sobre todo, a fortalecer nuestra confianza en un Dios que nos cuida incluso mientras dormimos. Te invitamos a hacerla tuya, a adaptarla y a descubrir en ella un refugio de paz que te espera cada noche para cerrar el día de la mejor manera posible: en compañía de Dios.