El Gloria: La Letra y el Significado del Himno de los Ángeles

El Gloria: La Letra y el Significado del Himno de los Ángeles

Un Canto que Une el Cielo y la Tierra

El Gloria es uno de los himnos más antiguos y venerados de la liturgia cristiana. Conocido también como el "Himno Angélico", sus primeras palabras nos transportan directamente a la noche de Belén, cuando los ángeles anunciaron el nacimiento de Jesús a los pastores. Es una explosión de júbilo y alabanza que recitamos o cantamos en la Misa, especialmente los domingos y en las solemnidades, justo después del acto penitencial.

Pero, ¿conocemos realmente lo que decimos? Este himno es mucho más que una simple repetición; es una profunda declaración de fe que abarca la grandeza de la Santísima Trinidad. Este canto resuena con especial fuerza en momentos de gran celebración comunitaria, uniendo a todos los grupos de oración cristiana, desde los cursillos de cristiandad hasta los encuentros de renovación carismática, en una sola voz.

Letra Completa de la Oración del Gloria

Aquí tienes el texto completo para que puedas rezarlo con mayor conciencia y devoción:

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,

Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;

tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;

porque solo tú eres Santo,
solo tú Señor,
solo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

El Origen y Significado Profundo del Gloria

El himno comienza con las palabras exactas de los ángeles en el Evangelio de Lucas (Lc 2, 14). A partir de este versículo inicial, la Iglesia primitiva fue añadiendo a lo largo de los siglos las demás aclamaciones, creando una completa y rica pieza de alabanza.

Podemos dividirlo en tres partes para entenderlo mejor:

1. Alabanza al Padre: La primera parte se centra en la adoración a Dios Padre. Usamos cuatro verbos llenos de fuerza: alabamos, bendecimos, adoramos y glorificamos. Reconocemos su grandeza y le damos gracias no por lo que nos da, sino simplemente por quién es Él: "por tu inmensa gloria".

2. Súplica al Hijo: La sección central se dirige a Jesucristo. Lo reconocemos con títulos llenos de significado: Hijo único, Señor Dios, y especialmente, "Cordero de Dios", que nos recuerda su sacrificio redentor en la Cruz. En esta parte, no solo lo alabamos, sino que también le suplicamos con humildad: "ten piedad de nosotros", "atiende nuestra súplica".

3. Aclamación a la Trinidad: El himno concluye con una solemne doxología, una alabanza final que une a las tres personas de la Santísima Trinidad. Proclamamos la santidad y soberanía de Jesucristo, "con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre". Es el broche de oro que sella nuestra fe trinitaria.

Conclusión: Más que Palabras, una Actitud del Corazón

Rezar el Gloria es unirse al coro celestial. Es una oportunidad para desviar la mirada de nuestras preocupaciones y elevarla hacia la majestad de Dios. La próxima vez que lo reces en Misa o en tu oración personal, intenta saborear cada palabra. Deja que ese sentimiento de júbilo y gratitud inunde tu corazón, recordando que, al hacerlo, te unes a una tradición de fe que ha resonado por más de dos mil años.

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